En el pequeño hogar de la familia Vara Orozco, en Nueva Rosita, Coahuila, la esperanza y la fe se han convertido en los pilares que sostienen a Eleeana Orozco y Elí Samuel Vara, padres de tres hijos, entre ellos Diego, de apenas 2 años y 9 meses. Diego no es como otros niños de su edad. Desde que nació, lucha contra una cardiopatía congénita que ha limitado el funcionamiento de su corazón. Solo la mitad de este órgano vital trabaja, y el tiempo se ha convertido en su mayor enemigo.
«Queremos una vida larga para Diego», expresa con el corazón en la mano su madre, Eleeana. «Sabemos que con esta cirugía tendrá más oxigenación, que sus órganos no se dañarán con el tiempo. Sabemos que lo vamos a lograr». La voz de Eleeana se llena de firmeza, pero también de una gran urgencia. Necesitan recaudar 1 millón de pesos para la operación de su hijo, una cirugía llamada Glenn, que debe realizarse en la Ciudad de México dentro de un mes.
Diego debería haber sido operado a los 6 meses de vida, pero diversos obstáculos retrasaron el procedimiento. Sin embargo, ahora el tiempo apremia. En febrero, Diego pasó por un cateterismo, y con base en ese estudio, los médicos han determinado que es el momento de llevar a cabo la cirugía que podría mejorar su calidad de vida.
La familia no está sola en esta travesía. Después de tocar varias puertas, la Fundación Lilo de la Ciudad de México se ha comprometido a cubrir la mitad del costo de la cirugía. Pero el otro 50%, entre 900 mil y 1 millón de pesos, es responsabilidad de la familia. «Todo depende de cómo evolucione en terapia intensiva, de cuántos días necesite ahí», explica Eleeana, consciente de la montaña que aún deben escalar.
Para reunir los fondos necesarios, la familia ha organizado rifas y está preparando un evento para el 10 de noviembre: una kermés y el show «lanas y borregos», en el que esperan la participación y solidaridad de su comunidad. Pero más allá de estas actividades, han recurrido al corazón de las personas, pidiendo una donación voluntaria a la cuenta de BBVA 4152 3139 0327 3477 a nombre de Eleeana Orozco.
Mientras tanto, en casa, disfrutan cada segundo con sus tres hijos. «Nos toca disfrutar de ellos, abrazarlos y ser fuertes», dice Eleeana, con una serenidad que refleja más lucha que resignación. «Nosotros ya pasamos por el llanto, por los ‘no’, pero ahora tenemos que ser fuertes porque el tiempo corre».
La familia sigue adelante, no solo por Diego, sino por todos aquellos que han creído en ellos, quienes los han ayudado a mantener viva la esperanza de un futuro mejor para su hijo.
Para quienes quieran apoyar a Diego y su familia en esta batalla, pueden comunicarse al teléfono 861-111-72-11. A veces, el mayor acto de amor es tender una mano en los momentos más difíciles, y hoy, Diego y su familia necesitan esa mano más que nunca.