La cacería en la región carbonífera de Coahuila se ha consolidado como una fuente de ingresos vital para los productores ganaderos, quienes enfrentan una difícil situación debido a la depreciación de los precios del ganado. Carlos Morales Villarreal, ganadero y propietario de un rancho cinegético, destacó que, aunque la temporada de caza ya comenzó, la actividad ha cobrado una nueva relevancia en tiempos en que la ganadería no ofrece las mismas ganancias de antes. «La cacería se ha convertido en un salvavanchos para los ranchos», afirmó Morales Villarreal, al señalar que muchos propietarios de ranchos han invertido importantes cantidades de dinero para ofrecer un servicio seguro y cómodo a los cazadores.
Con más de 40 años de tradición, los ranchos cinegéticos de la región han sido testigos del cambio y la adaptación a las nuevas demandas del mercado. El sector ha experimentado un auge, especialmente con la llegada de cazadores estadounidenses, quienes son los principales clientes en esta actividad deportiva. Los ranchos se han modernizado, destinando hasta 2 millones de pesos para instalaciones de seguridad, como cercas especializadas para el manejo de venados, especie predominante en la región.
A diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, donde se cobra por días y el costo de un venado puede alcanzar hasta 15 mil dólares, en México el precio por cazar un venado llega a un máximo de 4 mil dólares, lo que sigue siendo una cifra considerable. No obstante, la caza en la región ha mantenido su atractivo debido a la calidad de los ejemplares, impulsada por las lluvias recientes que han favorecido su desarrollo.
Pese a los avances, la caza furtiva sigue siendo un desafío, pero los esfuerzos por mejorar la seguridad y frenar este delito están en marcha. Morales Villarreal destacó que, si bien la ganadería ha perdido terreno en términos de rentabilidad, la cacería se ha convertido en una alternativa clave para la economía de muchos ranchos, especialmente en áreas donde la ganadería ya no es tan rentable debido a la caída de los precios del ganado.
De esta manera, la cacería no solo sigue siendo una tradición en la región carbonífera, sino que se ha transformado en un sustento económico crucial para los ganaderos locales.