A más de 17 años de la tragedia minera en Pasta de Conchos, las labores de rescate continúan avanzando a un ritmo lento pero constante. Actualmente, las obras en las áreas de las lumbreras y rampas siguen su curso, aunque los avances han sido menores a lo esperado.
En la PCT 1, de los 220 metros que se planean excavar, solo se han avanzado 19.7 metros, lo que representa apenas un 9 por ciento de progreso. En la Lumbrera 2, de los 30 metros establecidos en la zona B, se han completado 13.9 metros, alcanzando un 46 por ciento de avance. Sin embargo, la zona de las rampas en la misma área B solo muestra un avance de 13 metros de los 523 metros previstos. A pesar de los avances modestos, se entiende que el terreno es extremadamente difícil debido a los daños causados por el colapso de la mina.
Uno de los aspectos más destacados en este proceso es la seguridad de los trabajadores. Las familias de los mineros desaparecidos, como Elvira Martínez Espinosa, viuda de Jorge Vladimir, minero de Pasta de Conchos, han expresado su preocupación por la seguridad en el lugar de trabajo. La prioridad, aseguran, debe ser evitar accidentes mientras se realizan los trabajos de rescate en las áreas dañadas. Las condiciones son extremadamente peligrosas, con colapsos evidentes y restos biológicos encontrados en el sitio, lo que mantiene viva la esperanza de que se pueda identificar a los trabajadores aún desaparecidos.
A pesar de la esperanza que brindan estos hallazgos, la frustración de las familias no cesa. Elvira Martínez y otras viudas han denunciado la falta de comunicación directa con las autoridades, especialmente con la Fiscalía General de la República y Protección Civil. Aunque se ha integrado un vocero del mando unificado para informar sobre los avances, las familias reclaman un mayor acercamiento y diálogo directo con las instituciones encargadas, algo que consideran esencial para entender el progreso real de las labores de rescate. La falta de respuestas claras sobre el número de cuerpos encontrados y el avance de las excavaciones ha generado un ambiente de incertidumbre.
El progreso en la identificación de los restos y la recuperación de los cuerpos se mantiene en el aire, y aunque los trabajos continúan, la transparencia y el contacto con las familias parecen ser cuestiones no resueltas. A pesar de las dificultades y la lentitud de los avances, las familias mantienen la esperanza de que pronto podrán recibir noticias más concretas y ver el cierre de una tragedia que ha marcado a la comunidad minera de México.
Mientras tanto, las labores continúan bajo estrictas medidas de seguridad, y las autoridades aseguran que, aunque el ritmo sea lento, se mantendrán firmes en la búsqueda y recuperación de los cuerpos de los mineros. Sin embargo, la tensión sigue creciendo, y las familias insisten en que se les brinde la atención y la información que merecen.