Mexicali: No habrá prisión, ni reparación de daños para el maestro Esteban. Así lo determinó el juez este 3 de julio. Solo pagará una multa administrativa de 6 mil pesos, lo que confirma lo que muchos sabíamos desde el principio: la Fiscalía quería encarcelarlo por algo que no cometió.
¿Y si no fuera por el respaldo masivo de maestros, medios, colectivos y ciudadanos que alzaron la voz? ¿Qué habría pasado si este caso no se hubiera hecho viral? La respuesta es brutal: el maestro estaría en la cárcel pagando con su libertad los errores del sistema.
Durante semanas, la Fiscalía exigió 1 año y 3 meses de prisión, 6 millones de pesos y una disculpa pública, culpando al profesor de “omisión de auxilio” por el fallecimiento del pequeño Martín Damián. Pero la realidad es que Esteban activó los protocolos, avisó a los padres y llevó al niño al hospital. Fue el sistema de salud, desmantelado por años de corrupción y desvío de recursos, el que falló.
Y eso no es todo: el hospital privado que atendió al menor pertenece al padre del Oficial Mayor del Gobierno de Baja California. La clínica está bajo investigación, pero nadie ha sido sancionado. ¿Por qué se intentó castigar al maestro y no a quienes lucran con la salud pública?
Este caso dejó en evidencia lo que muchas veces se oculta: cuando el sistema se equivoca, busca chivos expiatorios. Esteban iba a ser uno más. Pero hoy no. Hoy se salvó gracias a la presión social y al valor de quienes no se quedaron callados.
Lo que sigue es exigir que la investigación al hospital avance, que los verdaderos responsables enfrenten consecuencias y que se reforme el sistema para que nunca más un maestro tenga que vivir lo que vivió Esteban por culpa de la negligencia ajena.