Los famosos burdeles de Sabinas

La primera persona que atendió este tipo de negocios en Sabinas Coahuila, Fue Doña Juana Gudiño quien operaba una mancebería en la zona antigua de la colonia Sarabia, pero a partir del 1 de octubre de 1975, Sabinas se distinguiría en la región carbonífera por contar con los más afamados y lujosos prostíbulos que alojaban a las más despampanantes y bellas prostitutas de la región. El primer furdel lujoso y con damisela es muy apetecibles fue el club «el capri» fundado en 1975 por su dueña Doña María Alarcón, la que regenteaba prostitutas de la región y de Estados vecinos después del Capri surgió el famoso y lujoso cabaret «El Cadillac» regenteado por su dueña Doña Eva Barajas apodada «La artista» acompañada siempre por su galán o chulo Melchor Macías neorrositense de la colonia Zaragoza, ex boxeador profesional conocido como «El Puños de oro». En el Cadillac se presentaban también espectáculos en vivo contratando a tríos románticos, bailarinas, cantantes y artistas de renombre, como la famosa «tongolele» y artistas pertenecientes a la anda, como la bella Arlet Pacheco.

En el Cadillac trabajaron un amplio ramillete de hembras muy bellas y demasiado apetecibles que hicieron posible que el establecimiento se llenara de clientes hasta sus topes, sobre todo a finales de semana. Muy famosa por su hermosura y encantos amén de su buen trato con sus clientes fue la maestra tapatía María Rivas que se convirtió en la estrella máxima del prostíbulo y la reina del lugar, la que trajo de cabeza a varios profesionistas y comerciantes de nuestro pueblo, además, Doña Eva contaba con las hermosas damas de la noche: Adelina, Teresa, Sandra, «la India», Rubí, Blanca Chepina, Evelina y «la muda», qué tiempo después trabajó en el salón Laredo; el Capri y el Cadillac fueron prostíbulos que podemos llamar de primera, porque en las cuatro cuadras que ocupaba la zona de tolerancia de Sabinas existieron dos burdeles de segunda: «El Chiquitas» de la famosa Adelina que separó de Eva Barajas para establecer su negocio el cuál fue solemnemente inaugurado rompiendo el listón el padrino del evento, mi amigo J.S.G. El otro burdel de segunda categoría fue el «Pino bar».

Existieron también bares con mujeres que se prostituían pero que vivían principalmente del baile, comúnmente llamadas «Las ficheras», que llevaron los nombres de: El Tecolote, las Viruchas, la India Bonita, el salón de Ochoa, La Chepina, el Carta Blanca, El Laredo, el Gato Negro, la Barca de Oro, el bar de Don Carlos Morales, la Fronteriza. De estas mujeres que vivían principalmente de la bailada decía de ellas mi ilustre amigo ya desaparecido Julián «la curra» García en la madrugada estás hembras traían tantas fichas en sus sostenes que parecían guajolotas, y que al bailar provocaban tanto ruido con sus fichas que no se escuchaba bien la música de la radiola. Agradezco mi brillante amigo el mejor historiador de Sabinas, Lic. Gerardo García Ayala por su ayuda prestada en esta investigación.

Clodomiro Farías Cruz

Cronista Municipal

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