En las calles de Sabinas, un rostro juvenil destaca entre los vendedores, se trata de Ángel Méndez Pérez, un joven emprendedor de 17 años originario de Huauchinango, Puebla, quien tímidamente ofrece fruta fresca.
Amable y el orgullo de sus raíces nahuas, Ángel, indica desde temprana edad, ha estado inmerso en el mundo del comercio, aprendiendo los secretos del negocio de la venta de frutas de la mano de su familia en Huauchinango.
Ahora, en las calles de Sabinas, ofrece una amplia variedad de frutas, entre las que destacan la sandía y la jícama, deleitando los paladares de quienes buscan un refrigerio saludable y delicioso.
Pero Ángel no solo es un vendedor ambulante, es también un joven con habilidades múltiples, a pesar de su corta edad, ha recorrido otros estados de la República, incluyendo Nuevo León, donde ha adquirido conocimientos en albañilería.
Este espíritu emprendedor y versátil demuestra su determinación por sobresalir y ayudar a su familia.
Sin embargo, a pesar de sus aventuras fuera de Huauchinango, Ángel asegura que nunca dejará su tierra natal. Con un arraigado sentido de pertenencia, promete regresar una vez alcance la mayoría de edad para seguir apoyando a sus seres queridos y contribuir al desarrollo de su comunidad.
Ángel Méndez Pérez representa la fuerza y el espíritu emprendedor de la juventud mexicana, llevando consigo el sabor de Huauchinango a cada rincón que visita, mientras mantiene viva la conexión con sus raíces y su cultura náhuatl.